Las deudas a largo plazo con entidades de créditos son más habituales de lo que creemos. La mayoría de ellas, están relacionadas con la compra de inmuebles o como medio para incrementar el flujo de dinero para las empresas.
Ciertamente, cuentan con grandes ventajas y en la mayoría de los casos, no resultan ser un problema para pagarlas en totalidad. En todo caso, no está demás que conozcamos en qué consisten estas deudas, sus características, factores e inconvenientes.
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Por lo que te invitamos a continuar leyendo este post para que descubras todo lo que desconoces sobre las deudas a largo plazo.
¿Qué es la deuda a largo plazo?
Una deuda a largo plazo se refiere a aquellos productos financieros (préstamos y créditos) que se adquieren con un periodo de tiempo para pagar que supera el año. Por consiguiente, los intereses de las deudas a largo plazo tienden a ser mucho más elevadas. Lo que puede ser un problema al momento de pagar completamente lo adeudado.
Sin embargo, son una fuente de financiamiento por altas sumas de dinero que pueden beneficiar la compra y adquisición de inmuebles o dar mayor liquidez a empresas. Acciones que de ser realizadas por cuenta propia, tardarían años. Por lo que se convierten en la mejor opción de aquellos que desean emprender o construir un patrimonio propio.
¿Cuándo se considera un préstamo a largo plazo?
Elegir el momento apropiado para solicitar un préstamo se desconoce con exactitud. Básicamente, porque las deudas a largo plazo, aunque beneficiosas, no siempre son tan trasparentes como pensamos. Bien sea, por los intereses o por las modalidades de pago.
En todo caso y considerando las posibilidades que ofrecen, podemos adquirir deudas a largo plazo con entidades de crédito para diferentes fines. El más común de todos es la compra de inmueble, inversiones o emprendimientos.
En este punto, debemos tener claro con qué finalidad vamos a pedir el préstamo y si tenemos solvencia suficiente para cubrir la deuda.
Supongamos que el préstamo que necesitamos es para ampliar o abrir un negocio y no contamos con el capital para arrancar este nuevo proyecto. Hay tres aspectos importantes a considerar:
- Qué tan rentable es.
- Costo de la financiación.
- Si las proyecciones a futuro del negocio son favorables dentro del mercado.
Con respecto a la rentabilidad de negocio, hay que determinar si este es capaz de generar las ganancias suficientes para cubrir la deuda, y proyectar los pros y contras a corto y largo plazo para minimizar las pérdidas.
En cuanto a financiación, aquí se deben incluir los gastos por gestión de contrato, el tipo de cuotas a pagar y cómo están constituidos los intereses de las deudas a largo plazo. Esta información va a permitir un mejor desarrollo del préstamo incluyendo los gastos adicionales que se presenten.
Por último, las proyecciones a futuro del negocio van a estar determinadas según la planificación y el uso apropiado del capital adquirido. En este sentido, no es recomendable adquirir deudas a largo plazo para disfrazar malos manejos administrativos, pues solo implican un endeudamiento mayor y la imposibilidad de cubrir todos estos gastos.
Factores principales en una deuda a largo plazo
Los factores que siempre se deben considerar en una deuda a largo plazo siempre estarán relacionados al tipo de préstamo que se solicita y a las necesidades que se desean cubrir. Sin embargo, ninguna deuda será viable si no se cuenta con el flujo o liquidez para hacer frente a la misma. En este sentido, es importante tener presente:
- Métodos de pagos e intereses de una deuda a largo plazo.
- Tiempo estimado para el pago total de la deuda en cuotas fijas o flexibles.
- Verificar si el plan de financiación ofrece opciones para amortizar o aplazar la deuda.
- TIN y TAE anual. Puede que estos incrementen con los años.
Ventajas de las deudas a largo plazo
Las ventajas que más resaltan en las deudas a largo plazo son:
- Todos los contratos pueden ser renovados a través de la renegociación del mismo. Esto permite que se realicen nuevos acuerdos sobre los plazos, cuotas e incluso intereses.
- Mayor proyección financiera lo que implica un incremento de los ingresos.
- Flexibilidad en las clausulas según las necesidades del solicitante.
- Pago en diferentes modalidades: pago total, pago por cuotas mensuales y pago fraccionado en un número de cuotas específicas.
Desventajas de las deudas a largo plazo
Así como las deudas a largo plazo tienen ventajas, también poseen un grupo de desventajas que hay que considerar:
- Los intereses de las deudas a largo plazo son muy elevados.
- El solicitante debe tener un perfil de crédito impecable para ser beneficiado con la financiación.
- Los gastos administrativos son altos.
- Las entidades de crédito tienen dominio del inmueble o empresa por un periodo de tiempo.
- Las deudas a largo plazo no son recomendables para negocios pequeños.
Alternativas a los préstamos a largo plazo
Muchas son las alternativas a préstamos a largo plazo que existen, siendo los más comunes los créditos comerciales y la financiación de proveedores.
Ambas opciones tienen la capacidad de disminuir el riesgo a deudas a largo plazo e incrementar los ingresos de un negocio. Cuando de capital de inversión se trata, siempre será recomendable iniciar con financiaciones a corto plazo.
De este modo, se puede incrementar el flujo de dinero con un mínimo de endeudamiento. Además, los intereses y comisiones son muy bajos, no se requiere de un aval, pocos requisitos, entre otros.
Una vez, que el proyecto o negocio ya se haya fortalecido, sí es momento de considerar deudas a largo plazo con entidades de crédito. Donde a través de ellas, podamos adquirir bonos, créditos para expansión, adquisición de oficinas y locales, entre otros.
Conclusión ¿son una buena solución financiera?
Las deudas a largo plazo serán una buena solución de acuerdo al uso que le demos. Es decir, una deuda de esta categoría es buena si nos deja como resultado un activo importante.
Pongamos como ejemplo comprar una casa. Sabemos que en primera instancia tendríamos una deuda de hasta 30 años. Pero ¿no resulta mejor pagar la compra de una casa que al final será nuestra, a pasar 30 años pagando un alquiler?
Al final, es una deuda necesaria que nos permitirá construir un patrimonio y que se convertirá en un activo. Por consiguiente, su valor puede incrementarse con el tiempo y darnos la posibilidad de adquirir otros bienes.